Rafaelson, brasileño nacionalizado vietnamita y conocido en Vietnam como Nguyễn Xuân Son, se ha convertido en un ícono del fútbol vietnamita y un ejemplo de dedicación, superación e integración cultural. Nacido en Pirapemas, en el interior de Maranhão, jamás podría haber imaginado que su talento conquistaría corazones a miles de kilómetros de su hogar.
La trayectoria de Rafaelson en Vietnam comenzó a finales de 2019, cuando se unió al Thep Xanh Nam Dinh a los 23 años, tras jugar en Japón y Dinamarca. Desde el principio enfrentó desafíos: campos precarios, logística complicada y barreras culturales y lingüísticas. Pero se adaptó rápidamente, aprendiendo el idioma, respetando las costumbres locales y abrazando la cultura vietnamita. “Quien quiere, se adapta. No es Vietnam el que debe adaptarse a nosotros, debemos adaptarnos a Vietnam”, afirmó, resumiendo la mentalidad que lo convirtió en un verdadero héroe local.
Su ascenso fue meteórico. En su debut con la selección vietnamita en diciembre de 2024, Rafaelson marcó dos goles y dio dos asistencias en la victoria 5-0 sobre Myanmar, emocionando a casi 17,000 aficionados en Việt Trì. Sin embargo, el destino también trajo momentos dramáticos. En la final de la Copa del Sudeste Asiático contra Tailandia, una fractura grave interrumpió su participación, dejando el estadio en silencio y conmoviendo al país con su fuerza y determinación. Incluso en el hospital, celebró el título con su esposa, reforzando su vínculo con la nación.
Hoy, Rafaelson es más que un jugador. Con 120 partidos, 90 goles y 15 asistencias en la liga vietnamita, se ha convertido en un referente para otros extranjeros, especialmente brasileños. Padre de dos niños, equilibra la vida familiar con su carrera y recientemente fue reconocido como “Deportista del Año” en la Hanoi Opera House, destacando su impacto dentro y fuera del campo.
En septiembre de 2025, el encuentro con Rafaelson fue una grata sorpresa para el Presidente de la Latam Vietnam Chamber, Victor Key. La conversación fue breve, pero significativa: el Presidente felicitó al atleta y resaltó su importancia en la integración entre Brasil y Vietnam, destacando su impacto positivo dentro y fuera del campo.
El sueño de Rafaelson continúa: llevar a Vietnam a un Mundial para 2030. Entre entrenamientos, familia y apariciones públicas, el brasileño demuestra que coraje, disciplina y amor por un nuevo país pueden transformar vidas e inspirar a toda una nación. Nguyễn Xuân Son ha ganado mucho más que títulos: ha conquistado el corazón del pueblo vietnamita.
